Sin pensarlo dos veces me apunté al Reto Amistoso que este mes organiza Jen de Little Kimono. Unos posavasos tampoco me costarían tanto de hacer, aun teniendo tantísimas cosas en mi agenda. Pero me equivocaba...
El tiempo se me echó encima y estaba a punto de desistir. Pero, a veces, un fin de semana de desconexión hace que las cosas se alineen y todo vuelva a su sitio. ¿O será el destino?
Como os digo, hemos pasado un fin de semana fuera de casa. Ya no pensaba en el reto, solo en pasar el tiempo con mi familia. Pero, lo que son las cosas, una salida a un bazar asiático para comprar un cubo de fregar me hizo ponerme en marcha de nuevo, pues justo en el mismo pasillo había un montón de botones.
Eso me hizo pensar en unos posavasos destartalados que teníamos en el apartamento, en que había visto un bote de cola blanca y un tubo de yeso y... ¡¡¡TENÍA TIEMPO!!!
En cuanto volvimos recuperé los posavasos, que son de madera prensada, y con el uso estaban casi inservibles. Les pasé un poco de lija, para quitarles todas los defectos, pero no mucho y con cuidado porque se desmontaban.
Pegar los botones con cola blanca sobre los posavasos fue un momento.
Y ahora le toca al yeso. Quería darle un aspecto como de mosaico. Lo puse a lo bestia, sin mucho miramiento y con el dedo. Lo que tiene estar fuera de casa es que no siempre tienes lo que necesitas. Lo dejé secar toda la noche y, a la mañana siguiente, le quité el exceso con una esponja mojada.
Entonces me di cuenta de que necesitaba más yeso. Repetición de la jugada, yeso a mansalva, esta vez con más cuidado, a dejar secar y limpiar de nuevo.
Una manita de cola blanca para que no se vaya el yeso con el uso y listo.
La verdad es que no esperaba que me gustaran tanto como han quedado. Para haberlos hecho deprisa y corriendo estoy muy satisfecha. Así que, ahora sí, lo envío de cabeza al reto amistoso de este mes. Espero os guste y poder ver los trabajos del resto de compañeras.
Compartamos y disfrutemos juntos.
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